Entrevista a nuestro presidente, Joaquín Hernández, en el Diario La Opinión

Aspira a conseguir que la experiencia y el conocimiento de los 150 directivos, empresarios y profesores de la universidad que integran la organización sirvan como ejemplo para desarrollar una economía capaz de favorecer un mejor reparto social y un avance tecnológico que dé estabilidad al empleo.

Joaquín Hernández Muñoz (Jumilla, 1957) es un informático criado en el seno de una familia dedicada al vino que ha hecho el camino de vuelta a sus orígenes y ha abandonado la tecnología para dirigir Bodegas San Isidro. El recorrido profesional de Hernández se corresponde también con la trayectoria vital del técnico que, siguiendo los consejos de sus padres, había huido del trabajo en el campo para poder aspirar a una vida más cómoda y llegó a ser uno de los dos programadores más renombrados en Alicante y Murcia. Ha sustituido a Bruno Dureux en la presidencia del Círculo de Economía, una organización formada por 150 empresarios y directivos de empresas, que forma parte de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos presidida por Isidro Fainé. Cómo máximo representante del Círculo forma parte de la comisión ejecutiva de la confederación nacional. Se muestra sorprendido por la decisión del resto de integrantes de elegirlo presidente, ya que confiesa que nunca se planteó serlo.

El Círculo de Economía se ha distinguido siempre por ser una organización crítica.

Fue creado en 1998 y en los últimos tiempos ha tenido un gran impulso. Lo componen directivos, ejecutivos y profesionales de la universidad y en él están representados prácticamente todos los sectores de la Región. Hay empresarios que están ejerciendo de directivos, pero no es una asociación de empresarios. Su objetivo es intercambiar conocimientos y traer a personalidades que pueden aportar nuevas ideas. Una de las ventajas que tenemos es la independencia administrativa, económica y política que tenemos y la posibilidad de nutrirnos también de las iniciativas de la Confederación presidida por Isidro Fainé. Otra es que, al no representar a los sectores, abordamos las cuestiones más importantes para la Región, nos reunimos y, como hay un pensamiento muy diverso entre los profesionales y los integrantes que proceden de la Universidad, contamos con una serie de personas que pueden buscar soluciones a los problemas.

También ha sido contestatario con el Gobierno regional y con la dinámica que ha seguido la Región en las últimas décadas.

Nosotros nos marcamos un objetivo y a mí me ha sorprendido lo bien que se ha acogido. Nos planteamos que debía de haber un equipo amplio de personas procedentes de diferentes sectores y la primera idea fue elaborar un plan estratégico para tener las ideas claras y saber hacía dónde queremos ir, dentro de nuestros objetivos fundacionales. La primera idea para mí era aspirar a convertir el Círculo en un referente de la Región de Murcia y protagonista en la defensa de los principios de la transparencia, la ética y el buen gobierno empresarial. Estamos preparando un código ético dentro del Círculo, porque queremos empezar por nosotros y transmitirles a nuestros directivos que ese debe ser el foco que nos debe guiar a todas las empresas, además de pedir y solicitar que las administraciones públicas actúen de la misma manera. Considero que esto es lo normal que hacen muchos directivos y muchas empresas todos los días, pero sabemos que en otros ámbitos no es así.

En la Región acaba de crearse una Plataforma por la Regeneración que propugna un cambio en la cultura política. ¿Estarían ustedes dispuestos a sumarse?

El Círculo hace ya tiempo fue el primer firmante del Pacto por la Transparencia. Ahora mismo estamos un poco distantes de las cuestiones políticas, porque no queremos entrar en ese terreno.

¿Es posible mantenerse al margen de las negociaciones políticas que hay en estos momentos?

El Círculo se mantiene al margen de las opiniones partidistas. Otro de los grandes objetivos es ser un catalizador de la sociedad civil en los temas de mayor relevancia y queremos seguir liderando el impulso a la vertebración y ser un referente en la visión sobre los problemas de la Región que se deben solucionar, de una forma constructiva, aportando ideas y soluciones. Cuando hablamos de mayor transparencia, tanto pública como privada, siendo nosotros ejemplo en nuestras empresas, hay mucho camino por andar y una de las cosas que nos preocupa es la corrupción.

¿Cómo afrontan ustedes la corrupción?

Esto no lo entiende nadie. Nosotros debemos ir promoviendo e intentando que se saque de nuestras vidas y de nuestra región esas formas. Posiblemente las personas que la practican nunca desaparecerán, pero hay que hacerlo desde una perspectiva civil, porque la gente joven ya no entiende estas cosas y los que no somos tan jóvenes tampoco lo entendemos. Se puede gestionar con una idea, desde un concepto, pero no en beneficio propio. Las propias empresas son generadoras de riqueza para la propia empresa, para los trabajados y para las personas, en un reparto social. Y esto pretendemos recogerlo en nuestro manifiesto. El Círculo ha hecho durante años manifiestos sobre el AVE, el turismo o el Mar Menor. Ahora estamos planteándonos si hacemos una serie de llamadas de atención sobre cuestiones muy candentes o estamos más presentes en la vida de la Región. Lo que queremos es elevar esa presencia en la vida pública, puesto que tenemos el conocimiento que aportan nuestros asociados en las distintas áreas.

¿Qué rémoras nos ha dejado esta etapa que ha vivido la Región en los últimos años?

Hace unos días me preguntaban si la desaceleración internacional que se empieza a vislumbrar puede afectar en Murcia y yo respondía que en la Región tenemos unos empresarios y unos emprendedores fantásticos, tenemos una sociedad fantástica. Tenemos un clima, una agroindustria y unos sectores increíbles y todo eso hace que crezcamos. Por eso pienso que nos va a afectar poco. Pero vemos en las estadísticas que, lamentablemente, en Murcia estamos en los últimos puestos en cosas en las que deberíamos estar en cabeza. Murcia crece, pero en cuestiones de desarrollo sostenible está también en la cola. Estamos avanzando, pero no al ritmo que deberíamos. Y creo que todo esto ha sido consecuencia de la corrupción, que se ha instalado en una parte de la sociedad, aunque ya está desapareciendo. Eso no favorece el crecimiento y el bienestar social

¿Qué se puede hacer?

Tenemos que trabajar las empresas, los ciudadanos y la Administración para vivir bien y de una forma sostenible. Cuando estaba en pleno boom de la Región yo les decía a los representantes políticos en una comida por qué no investigamos y desarrollamos sectores como la agroindustria, teniendo la ubicación y el clima que tenemos, y por qué no construimos un sector turísticos de calidad, en vez de estar pendientes solo de que vengan muchos o vengan pocos, pero luego nos faltan las infraestructuras y los servicios. Pero la respuesta que conseguí fue que ‘esta sociedad está pensando en el futuro y no debe estar anclada en el pasado’. Sin embargo, cuando ha llegado la crisis, a la Región la ha salvado la agroindustria y el turismo. Para mí la especulación es lo peor que le puede ocurrir a la sociedad y al comercio. Afortunadamente, se va apartando esa tela de araña, que no se beneficia a nadie.

¿Cree que la Región ha perdido demasiado tiempo sin apostar por una economía menos especulativa?

Cuando las cosas van bien es cuando haya que hacer las cuentas. En este momento de tranquilidad es cuando hay que prepararse. Tengo mucha confianza en esa tradición emprendedora de siglos. Murcia es muy trabajadora y muy emprendedora y sabrá adaptarse a las circunstancias. A lo que aspira es a la estabilidad del empleo, que se aplique la tecnología, que es clave para el futuro. Hay empresas que llegan a todo el mundo, los murcianos no sabemos ver lo que estamos consiguiendo y tenemos que superar ese complejo.

Tampoco se ve a muchos empresarios que no sean de Murcia, Cartagena o Lorca en puesto como el suyo.

El Noroeste y el Altiplano no cuentan. Es como si estuvieran en otro mundo, no nos dejaron incluirnos ni en los Canales del Taibilla. Cada vez que se habla de estas cuestiones se ponen nerviosos. Sin embargo, hay una riqueza que se está desarrollando en sectores como el del vino, que se conoce en todo el mundo. Preguntas por Jumilla, Yecla o Bullas y se conocen en todas partes, mientras que a Murcia se la conoce poco. En Jumilla llevamos 25 años haciendo enoturismo y hasta hace poco venía gente de Madrid y de Barcelona, pero de la Región no venía nadie. A los extranjeros les encanta el paisaje de las zonas áridas y cuando lo ven, alucinan.

¿Eso les da una perspectiva distinta?

Hay un cambio radical. Las generaciones más jóvenes y más formadas están viviendo un cambio increíble. Ahora, lo mejor de cada familia se queda en la empresa para dedicarse a gestionarla.

Fuente. Diario La Opinión de Murcia. Ver artículo original

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